miércoles, 22 de mayo de 2013

DEPENDENCIA DEL PACIENTE



De todos los cuidados de enfermería mencionados anteriormente, los cuidados de aseo e higiene son los más difíciles de realizar, pues son efectuados diariamente por las enfermeras y son otorgados a todos los pacientes sin importar cuál sea su condición médica.

Una de las prioridades del quehacer del técnico en enfermería, es la preocupación por el bienestar físico y psicológico del paciente, sobre todo si éste se encuentra incapacitado para satisfacer sus necesidades básicas. De ahí nace la importancia del rol del técnico de enfermería, transformándose en un apoyo fundamental en la realización de las actividades destinadas a mejorar el grado de bienestar y pérdida de la dependencia, durante la presencia de enfermedad u hospitalización; haciendo de su estadía una experiencia más agradable.



En cualquier procedimiento o intervención a realizar, se debe tener en cuenta el grado de dependencia y autonomía del paciente. Según la Ley de Dependencia de Madrid, España, en su artículo 2.2, dependencia es el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal. Por el contrario, la ley en su artículo 2.3  define autonomía como aquellas acciones que permitan a la persona desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como: el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer a las personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar ordenes o tareas sencillas. 


Cuando una persona está enferma suele necesitar de ayuda para realizar su higiene personal. Al no poder realizarlo por sí sólo, se pone en juego su autoestima y su pudor, disminuyendo así su comodidad y confort. Además, en las personas enfermas, está deprimido su sistema inmunitario, lo cual favorece la aparición y presencia de infecciones, agravándose con una falta de higiene. El sentirse limpios y frescos les ayuda a levantar el ánimo, sentirse cómodos; y en mejores condiciones[1]


Los cuidados matutinos que son realizados a los pacientes hospitalizados son muy importantes para mantener la autonomía del paciente, su salud física, su estado físico, mejorar sus relaciones sociales y promover en el paciente que no pierda sus hábitos de cuidado personal sin importar su estado de enfermedad. El grado de dependencia del paciente permite observar cual es el grado de invalidez, autoayuda y reconoce que capacidades físicas y psicológicas tiene para realizar su propio higiene personal y de esta manera ser partícipe activo de la actividad junto con el apoyo de la enfermera.


INDICACIONES DEL PROCEDIMIENTO

  • Esa técnica está indicada para ser realizada diariamente en cada paciente durante su estadía en un centro de salud.
  • Se considera el estado general del paciente y su patología, cada vez que sea necesario.
  • Posterior a sufrir cualquier tipo de incidente (por ejemplo vómitos explosivos, sangramiento de heridas etc.)
  • Cada vez que surja algún imprevisto en la condición del paciente, que impida que este realice el baño por sí solo.

OBJETIVOS DEL PROCEDIMIENTO

  • Proporcionar bienestar físico y mental al paciente.
  • Promover, mantener hábitos de higiene personal.
  • Facilitar La eliminación a través de la piel.
  • Preparar al paciente para el acto quirúrgico.
  • Estimular la circulación sanguínea y dar oportunidad para ejercicios[2].

TIPOS DE DEPENDENCIA



La dependencia no se manifiesta siempre de la misma forma A veces aparece bruscamente y otras de forma progresiva. La dependencia, física o psíquica, a veces se detecta rápidamente y en otras pude pasar desapercibida.


-     La dependencia física puede sobrevenir bruscamente, de manera que el entorno familiar la percibe con toda claridad. Pero también puede aparecer de forma progresiva y lenta, cuando, por ejemplo, se suman algunas afecciones o dificultades: pérdida de vista o de oído; dificultades para hacer algunos movimientos, como salir de la bañera, abotonarse la camisa o conducir un coche. La dependencia, entonces, es más difícil de medir y de percibir, tanto por el entorno familiar como por la persona afectada. Estas limitaciones acumuladas son con demasiada frecuencia achacadas a la edad, como si fueran algo inevitable, lo que impide buscar soluciones médicas –operaciones, rehabilitación, medicación– que permitirían superarlas o mitigar sus efectos sobre la autonomía y, en consecuencia, sobre la moral de la persona mayor.





-     La dependencia psíquica o mental sobreviene generalmente de forma progresiva. Se aprecia cuando la comunicación cotidiana va perdiendo poco a poco sentido, coherencia y eficacia. La conversación se hace casi imposible. Las personas afectadas comienzan a ser incapaces de expresar sus necesidades y de cuidarse a sí mismas. Para las familias, el primer paso (¿y el más doloroso?) consiste en admitir el cambio psíquico que se ha producido en el enfermo, incluso por encima del desgarro que produce observar el deterioro de un ser querido.


-     La dependencia afectiva puede estar provocada por un golpe emocional que implica cambios de comportamiento. Los despistes se multiplican y las demandas de compañía, también. Estos síntomas, a veces difíciles de descifrar, son llamadas de atención. Las personas mayores ven a menudo desaparecer a sus amigos. A la soledad que conllevan estas pérdidas, se añade la legítima inquietud: “¿Cuándo me tocará a mí?”. Esta forma de dependencia se manifiesta en la necesidad de estar siempre acompañado y alentado para relacionarse con los demás.

GRADOS DE DEPENDENCIA



Los diferentes grados de dependencia se fijan en función de la autonomía de las personas, de la intensidad del cuidado que requieren las necesidades individuales de cada persona. La valoración para determinar el grado de dependencia del solicitante ha de realizarse en situación basal, es decir, en el entorno en el que habitualmente reside.


GRADOS DE VALORACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE LA SITUACIÓN DE DEPENDENCIA[3]

Grado I.
Dependencia moderada
Grado II.
Dependencia severa
Grado III.
Gran dependencia
Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal
Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere la presencia permanente de un cuidador.
Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía mental o física, necesita la presencia indispensable y continua de otra persona.



De igual manera, existe una valoración de grados de dependencia pero es utilizada en menor porque hasta hace poco se están visualizando nuevos niveles que oscilan entre 4 y 5.


-     Grado de dependencia I:

Que puede realizar sus actividades por sí solo con la mínima intervención de la enfermera en la satisfacción de sus necesidades.

-     Grado de dependencia II:

Requiere de apoyo y ayuda parcial para la satisfacción de necesidades.

-     Grado de dependencia III:

Requiere de apoyo casi total para la satisfacción de necesidades.

-     Grado de dependencia IV:

Requiere total apoyo para satisfacción de necesidades. 

Según cual sea la condición del paciente, se tomaran decisiones acerca de cuál tipo de característica del baño debe ser realizado y bajo qué circunstancias, lineamientos y que tipo medios deben ser utilizados para su aseo general.





[1] Guía de aprendizaje aseo y confort del paciente. Citado el día 28 de Marzo de 2013 en http://xurl.es/gzwtj


[2] Ibíd. 
[3] Según la Ley de Dependencia, cada uno de los grados de dependencia, se clasifican en dos niveles, en función de la autonomía de las personas y de la intensidad del cuidado que requiere.

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